Creo que ya he comentado alguna vez por aquí mi relación amor-odio con la Capital. Bueno, pues lo ratifico.

Otra vez viaje de curro, a instalar una puñetera red guay-fay, de estas sin cablecitos, que nos ha dado algún que otro quebradero de cabeza. Y es que se empiezan a llenar los canales de comunicación, que hay 13 y hay que trabajar en alguno de ellos… Todavía es pronto, pero cuando me encuentre en alguna oficina con 10 redes una al ladito de otra, invisibles (como las monto yo para «mayor seguridad»), sin saber en que canal están operando.. No se yo esto como se comerá, pero bueno.

El caso es que una mierda pa Madrid. A ver, con lo grande que es aquello, y anteayer por la tarde yo necesitaba una puñetera tarjeta de red inalambrica (algo que hoy en dia casi se debe vender en ambulante, como los bocadillos)… no había manera de encontrar un joio sitio en el que nos vendieran algo. Al final, al Corte Inglés. Manda güevos…

Digo yo… Cuando a mi en una tienda de aqui de Graná, al pedir algo mas o menos raro, me dicen: «sí, vale, pero tardará dos dias, porque va a haber que pedirlo a Madrí»… ¿a que coño de Madrid se refieren? Será al de los Austrias (mu bonito, eso sí).

Pero es grande, la jodía. Y bonita, cuando te habituas al punto de stress. Muchas cosas que ver (y que nunca veo, porque va uno parriba y pabajo de bullas), muchos sitios en los que beber, mucha gente a la que conocer (aunque me temo que no se dejan mucho).

Por cierto que las motos en Chueca aparcan como el culo, nada mas que ver la foto para comprobarlo… Poco más y tira la señal :P

Es que pasabamos por allí y paramos a tomarnos un par de copillas, que tampoco puede ser to de currar, digo yo.

Le habló un arkángel de vuelta de los madriles.