Acabo de tener una de esas sensaciones tan parecidas a descubrir la rueda tal que me ha hecho darle al botón de recuperar contraseña de este sitio donde alguno, por mor de los RSS y/o redes sociales que algún día consideré suficientemente perdurables como para prestar atención, me leerá.
Para ellos, o para mi Yo-del-Futuro, que en estos últimos días meses es mi principal lector no paracaidista, va mi gran-descubrimiento de hoy. La poya de los granaínos. Y sí, se ve que los de por aquí tenemos tan presente la polla, que casi no le damos importancia al por qué, a su origen, a qué es esa poya que tenemos tó el día en la boca.
Bueno, algunos recopilábamos diccionarios allá por el 2004 que la incluían repetidas veces; otros mucho más ilustres y versados en el tema (de la escritura, vayamos a poyas) incluso han escrito libros enteros, como D. Andrés Cárdenas. Pero quizá todos estábamos equivocados…
La grafía es el quid.
Suelo ser, aún hoy con WhatsApps y móviles de por medio, bastante talibán en cuanto a la ortografía. Pero los homónimos siempre son un reto, y creo que esta vez me tenían engañado durante… Años. Cuando digo talibán, digo polla, que es lo que yo escribía hasta hoy, maldiciendo (solo un poquito) a aquellos que me mandaban esos mensajes llenos de poyas: que si «esto es una poya», «pues vaya poya de película», «vayamos a poyas»… Hoy, micro-epifanía mediante, estoy en disposición de afirmar que estaba equivocado: una polla es una polla, pero estoy casi totalmente convencido de que los granaínos no nos referimos a un pene cuando le decimos a alguien que algo nos importa una poya.
Como casi siempre, todo ha venido DRAE mediante:
poya.
(De poyar).
1. f. Derecho que se pagaba en pan o en dinero, en el horno común.
2. f. Residuo formado por las gárgolas del lino, después de machacadas y separadas de la simiente.
Ambas acepciones me han valido, me han abierto los ojos… Si analizamos la primera con un poquito de historia de por medio encontramos usos que nos pueden parecer ahora simpáticos, como el pan de poya, pero que al final vienen a decirnos que era una mihilla de pan que se entregaba al panadero a cambio de que te dejara usar su horno. ¡Pero tampoco mucho, que al final el buen hombre no había hecho casi ná! Le dabas,… una mititilla de lo que habías hecho. Una poya de pan, vamos.
El segundo significado viene a refrendar el primero, pero sin tener que darle tanta vuelta a la explciación: «Residuo formado por…», no hay más que hablar, algo insignificante, sin importancia, de lo que se puede prescindir.
¿Y ahora?
Volvamos a observar algunas de las expresiones que yo antes escribía con elle y desde ahora con y -griega, que esa es otra-, como son las mencionadas “esto es una poya”, “pues vaya poya de película”, “vayamos a poyas”… ¿De verdad se puede seguir pensando que el granaíno se está refiriendo a un pene cuando habla de algo tan tremendamente enterrado en nuestra historia y costumbres como es la poya? Yo creo que no.
Además, creo que ustedes tienen la mente sucia, por haberlo pensado. Vale, yo también, ya hemos salido todos del error (pero yo un poco antes, ya saben).
¡Menudo gilipoyas!
(del caló jilí, ‘tonto’, y poya, ‘residuo’, ‘nimiedad’, pero en esta ocasión probablemente mal empleado el término)
Sí, pero ahora me fustigo un poco, y así me redimo. Comenzaba estas líneas aludiendo al redescubrimiento de la rueda, porque efectivamente todo este peñazo que les he soltado ha salido tal como lo han leido, de unas cuantas consultas de diccionario y una cabeza algo desatendida (más una conversación de 15 segundos con mi pareja, en la cocina, justo antes de ponerme a escribir). Pero mientras elaboraba mis argumentos y me documentaba he hecho lo peor que el descubridor puede hacer: buscar si alguien lo había hecho antes. Y sí, hay referencias a esta línea argumental (quizá algo menos elaboradas) al menos en dos sitios (no he querido seguir mirando para no desanimarme tanto como para no escribir la entrada): [1] [2].
Le habló un arkangel confiando en que no lo juzguen demasiado duro.
9 respuestas a “LaPoya”
¡Cuanta cultura!!! Muy ilustrativo:))
Ojo Maruja, ¡que es una hipótesis mía! Vayamos a…
Por cierto, acabo de tener una regresión de algunos años al verte por aquí ;-)
¡Besicos!
Nunca dejarás de sorprenderme, y de producirme cierta envidia… Una simple hipótesis, sí, pero ahí ha estao el tío su rato buscando y argumentando. Y mira, de este tema igual alguno hace su tesis!!!
Y que me alegro de haber dicho lia que he dicho esos segundos en la cocina, siempre es una alegría volverte a leer en tu blog.
Eres la poya/polla!! :P
Bueno, yo me paso por aquí a confirmar que el RSS sigue funcionando a la perfección.
Tampoco me acostaré sin saber una cosa más, porque jamás hubiese imaginado que polla y poya serían dos palabras con tantos significados no sexuales.
Buenas noches :)
Hombre, ya se echaban de menos tus reflexiones, asi que es una alegría volver a leerte… aunque sean poyas :)
Y si, muy interesante conocer el verdadero origen.
Esto es un buen artículo de investigación ni poyas :)
Hay que ver la poya del Arkangel … :)
He de decir, que yo tambien andaba equivocado … cuidao con la poya!!
¡Gracias por pasaros por aquí, muyayos!
Conste que hay errores en el razonamiento,.. pero es entretenido ;-)
Muy ilustrativo, sobretodo para mi que no soy de aquellas lejanas tierras y no acostumbramos a usar esas expresiones en mi tierra….
Por cierto que no soy lectora paracaidista, solo que hace mucho tiempo que no entraba con frecuencia a internet y por lo mismo perdi el habito de leer tu blog y el de Psico, pero es un placer regresar y leerte.
Te mando saludos desde este lado del charco.