Dependencia bendita…
Una vez más, en ese ciclo del samsara, el dharma… Invisible cadena.
Qué tiene tu veneno, que me quita la vida sólo con un beso
y me lleva a la luna, y me ofrece la droga que todo lo cura.
Dependencia bendita; invisible cadena que me ata a la vida.
Y en momentos oscuros: palmadita en la espalda y ya estoy más seguro.
Pon carita de pena, que ya sabes que haré todo lo que tú quieras.
Ojos de luna llena: tu mirada es de fuego y mi cuerpo de cera.
Tú eres mi verso, pluma, papel y sentimiento.
La noche yo, y tú la luna; tú la cerveza y yo la espuma.
Se me ponen, si me besas, rojitas las orejas.
Sigo siendo yo: me repito, me reconozco /ligeramente evolucionado/ con el paso de los años, traiciono sin quererlo; juego el juego que me dejan jugar. Me emociono hacia adentro, represento hacia afuera. Lo siento, y lo siento y lo vivo. Me emociono… Yo no elegí la vida, solo y solamente vivo.
Y sigo esperando… Sereno, pero viviendo intensamente. Sigo esperando amar tierna y locamente a la mujer que merezca del amor puro de aquel dulce vagabundo. Sigo amando profundamente a tantos, tantas que me aportaron. Mi bandera siempre será blanca.
Perdonen…
Le habló un arkángel marcando hitos en el camino.