Mi relación con la política «formal» es bastante tangencial (aunque al menos siempre he votado, a opciones «de izquierda», quizá por mi concepto interno de «equilibrar fuerzas», de poner a gente que sabe enfrente de otros que también saben y están más a la derecha).
Simpatizo con Podemos (aunque no coincida con todo, no creo que nadie pueda verse totalmente representado por un partido). Creo que este discurso de Pablo Iglesias de hace unos meses explica perfectamente por qué. Creo, sinceramente, que el Podemos de ahora es un instrumento de cambio que ha beneficiado hasta el momento a toda la sociedad generando cierto desconfort en la clase política, en los profesionales de la política tanto de izquierdas como de derechas.
El centro, a mi modo de ver, no existe: el centro se consigue debatiendo entre iguales y llegando a acuerdos; cuando digo «iguales» me refiero a gente preparada para debatir y negociar: con total probabilidad si yo me pongo a hablar con Rajoy sobre cualquier asunto político él gane, a pesar de su aparente falta de herramientas dialécticas. Por eso considero necesaria la existencia de un partido muy social, que podría haber sido Izquierda Unida, pero que no lo es (Pablo Iglesias explica precisamente lo mismo que yo entiendo en este video). Para llegar a ese «centro» inexistente no hay otra (con el sistema que tenemos) que tener representantes fuertes que defiendan otro modo de ver las cosas. Equivocados o no (eso está por ver, recuerdo, a mí no me da miedo).
No me desagrada el PSOE, quizá sobre todo históricamente; nunca votaría PP aunque entiendo a algunos que lo hacen (no a todos), y habitualmente no me sale ningún sarpullido si comparto una cerveza con algún pepero; Ciudadanos me parece que no va de frente, y eso no me gusta (aunque como pequeño empresario creo que si ganaran habría cosas que me favorecerían, pero la vida no es solo el trabajo, mucho menos el dinero). Esto no es nadar y guardar la ropa: es que resulta que detrás de las siglas hay personas, y cuando bajamos al nivel de la persona, más allá del programa o los representantes, quizá haya tenido más cosas en común con algún votante de estos partidos que con «los míos». No creo en el grupo, creo que el grupo nos aborrega y nos hace tomar malas decisiones: hay que bajar al detalle, al grano fino, y ver que en el fondo como personas todos tenemos más cosas que nos unen de las que nos separan. Yo no veo enemigos, la verdad.
Otra cosa son los partidos, porque esto está montado así (y a pesar de mi pensamiento algo ácrata, no soy capaz de ver una alternativa clara). Cuando hablamos de partidos políticos, sí puedo tener opinión «en general»: el discurso de Podemos es puro marketing político, claro; igual que el del PSOE, el del PP y el de C’s (bueno, éste creo honradamente que un poco más de marketing, incluso). Sin embargo, el discurso de Izquierda Unida (que son los que me han gustado más siempre -como decía al principio, por una cuestión de «equilibrar fuerzas») creo que es mucho más «auténtico». Pero no es ganador.
A mi modo de ver, España necesita a Podemos para que los actores del Poder (políticos y grandes empresarios) se sientan observados. De esto se puede inferior que no confío en que «vayan a ganar». Creo que entendí desde el primer momento que Podemos defraudaría en algún momento a la izquierda y a sus socios. Por eso me gusta mucho este vídeo que me ha provocado escribir estas letras. Necesitaba contarlo.
Le habló un arkángel anotando para el futuro.