Emigrantes


¿Emigrantes o inmigrantes? En realidad son las mismas personas, solo cambia el matiz del cristal que se pone de filtro.

Huétor Vega Gráfico es una publicación anual que viene a ser el New York Times de los que nos consideramos hueteños (a mucha honra), en cuya edición de este año 2009 se puede encontrar esta joya de colaboración de 1975:

El análisis que hizo desde Suiza José Molina Guerrero hace 34 años creo que es perfectamente aplicable a muchas otras situaciones y, casualmente, a la que estamos viviendo en los últimos meses, cuando nos sobran rumanos, marroquís… Hasta los de la ciudad de al lado son un estorbo si les están quitando el puesto de trabajo a los niños.

Cuando había que hacer muchas obras para que los promotores se llevaran todo el margen (y más) que la mano de obra barata repleta de inmigrantes dejaba, no había problema. Tampoco lo había cuando era menester meterse debajo de todos esos plásticos a recoger tomates.

José comentaba, desde un tono moderado entre el agradecimiento y el reproche, lo difícil que se estaba poniendo la situación en Suiza, de que incluso habían planteado un referendum para expulsar a los inmigrantes, ahora que ya no los necesitaban… ¿Es desagradecido el ser humano por naturaleza, o simplemente pragmático?

Difícil problema éste. ¿Soluciones? A mi no me pregunten, yo solo lo pongo sobre el papel teclado, que lo aguanta todo.

Hablando de Suiza y emigración, no puedo dejar de recomendar Un franco, 14 pesetas, esa agridulce película que trata sobre aquellos viajes llenos de ilusión.

Le habló un arkángel mirando por una rendijilla desde el otro lado.

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