Cuando, según empezaba la representación, escuché a Carmen Linares con ese asesinao ya pensé que me lo iba a pasar bien esa noche. Quien me conoce ya sabe que el Omega me marcó de una de una forma extraña, y todo lo que suene a aquello me hace removerme por dentro.
Además, supongo que la parte buena de no haber visto ninguna otra adaptación de «Poeta en Nueva York» hasta ahora es que no puedo comparar (ya se sabe como son las comparaciones). De todas formas, tiendo a quedarme con lo bueno…
Las palabras de Lorca puestas en los pies de un bailaor flamenco.
La percusión.
El cante con sentimiento.
La danza de la muerte hecha pintura, y terminada con esa coreografía bajo una cortina de agua; sin duda lo mejor.
Creo que me faltaron más letras de Lorca, estaba pensando que me faltó Ciudad sin sueño hasta que he caido en la cuenta de que se escuchó algún nobody sleeps… ¿Vendrán las iguanas vivas a morder a los hombres que no sueñan?
Y quizá me sobró algo de danza, pero eso ya es una cuestión de gustos. Seguro que a otros les sobró flamenco, cuando se mezclan cosas puede pasar esto.
Ahora veo de otra forma las fotos del ensayo y del espectáculo. Como con envidia.
Le habló un arkángel ahogado en el tintero.
2 respuestas a “PoetaEnNuevaYork”
Me alegro que te gustase, yo flipe en colores con lo de la cortina de agua, sali del espect?culo d?ndole vueltas a la cabeza en como hacer una cortina de agua como esa, sios ocurre algo podemos montarlo, chao.
Hombre, en cas de mi madre tienen un riego por goteo que viene a ser algo as?, pero me da a mi que no me van a dejar desmontarlo.. :)