Algunas hojas de antiguos suplementos dominicales para niños se depositaban en el suelo desordenadamente mientras los apartaba. Estaba buscando algo, una antigua cámara, él se decía que solo quería saber qué modelo era.
Una Yashica Minister que nunca usó, pero que fue usada contra él cientos de veces… Se paró un momento a pensar donde estarían aquellas fotos, y siguió revolviendo cajones, con la esperanza de encontrar alguna.
Fue un contestador automático lo que encontró, de aquellos con dos cassettes. También estaba, para su sorpresa, el alimentador de corriente. Lo conectó no sin cierto miedo, porque sabía lo importante que era para él aquello, lo que significaría pulsar sin querer el botón de «Rec» y perder los últimos instantes de una voz que hacía ya años (¿doce eran ya?) que no escuchaba.
Finalmente una voz se oyó. Pero no era la que el esperaba, sino la de la que, por aquel tiempo, era su compañera.
Hola, ahora no estamos en casa, pero deja tu mensaje y te llamaremos en cuando podamos.
Se dio cuenta de lo poco que conocía a aquella mujer. No la conocía nada, de hecho, pero lo peor de todo es que daba igual. Hacía tantos años ya…
Recordó, mientras escribía unas líneas en un absurdo diario que mantenía, un diario que probablemente nadie encontraría dentro de diez años, como él acababa de encontrar aquello, la única vez que la llamó por teléfono. Cuando le tuvo que contar lo del accidente, porque se sentía responsable de hacerlo. Quizá debería pararse a pensar más en aquellas cosas. O quizá debería olvidarlo todo.
La otra cinta guardaba los mensajes. La misma voz que había grabado el mensaje saliente decía que era ella, que esperaba que la llamara.
Lo guardó todo, y volvió a apilar las revistas tapando los cajones.
Le habló un arkángel por un instante melancólico.
5 respuestas a “RecuerdosEncadenados”
Ya, a veces entra esa pena porque importa tan poco alguien que en su d?a cre?mos que nos iba a importar siempre, verdad?
Supongo que esto tiene muchas lecturas, Veva. Eso que dices es muy cierto, aunque no sea el caso en esto que yo contaba… Quiz?, precisamente, sea m?s justo al contrario.
Pero creo que conozco tambi?n el sentimiento del que me hablas. Es una pena.
uff, conociendo el monton de revistas apiladas q tapaban todo eso, m?s de un secreto debe andar por all? a la espera de ser descubierto.
Aunq ya no importe tanto, te mando un chillaico, q te lo mereces.
Se agradece el chilla?co, Anla. Ha sido solo un momento… Supongo que a todos nos pasa, por un motivo u otro.
Hay quien prefiere quemar los recuerdos y olvidar… a mi me hace ilusi?n (desde un punto retorcido de vista) volver a encontrarme «cosas» y ponerme melanc?lico (que no melalcoh?lico :P )