UnInstante


Un instante para cambiarte la vida.

Un instante en el que no miras atrás, porque acabas de llegar a tu casa, tranquilo, con la caja del día del trabajo. Sí, cualquier día deberíamos hacer esto por el banco, pero las costumbres son difíciles de cambiar.

Un instante para que te den la primera puñalada, no se si la que más dolió, sin mediar palabra. Probablemente sin haberle visto la cara siquiera. Ellos ya te la habían visto a ti.

Un instante para la segunda.

Un instante para la tercera. ¿Se da cuenta uno de estas cosas, o pasan tan rápido que son como un sueño?

Un instante para la cuarta, mientras decías y repetías llevaroslo todo, dejadme, dejadme…

Un instante en que tu niña, que acudía al ruido del forcejeo.. ¿Qué forcejeo, si no te dieron tiempo ni a volverte, si todas las tienes por detrás? Tu niña reaccionó como solo le puede salir a una cuando ve a un padre acosado, acuchillado, indefenso en el mismo quicio de la puerta de tu casa. Tu niña cogió lo primero que le vino a mano, unas flores secas del jarrón de la entrada, y las empujó a los ojos de… de ese. Que tenía a otro detrás, por si acaso hubieras tenido alguna oportunidad.

Un instante en el que la suerte se puso de vuestra parte, algo recompensó esa fuerza que sacó yo no se exactamente de donde, y le dió tiempo a tu niña a tirar de ti para dentro y pegar un portazo. Tiene sólo 20 años, espero que no tenga que hacer algo así al menos en otros 20. Al menos.

Muchos instantes vinieron después.

Una fue al costado, rozando el pulmón, otra a los riñones, las otras a las piernas. Te querían dejar en el sitio, no querían problemas para llevarse,… yo que sé, ¿cuanto haces de caja? Seguro que no es una cifra millonaria. Y la que parecía más tonta es la que nos ha dejado esta noche todos esos otros intantes en vilo, primero pensando que no sería nada, ánimos arriba, animos abajo cuando vemos que te tienen que meter de urgencia en el quirófano porque esa pierna que habían pasado algo por alto preocupados por ese neumo… neumotórax, era la que te podía llevar por delante.

Casi lo hace, macho, casi…

Mientras escribo esto estás en observación, recuperándote de una intervención de algo más de 6 horas. Cuando lo leas sonreirás (ahora estás sonriendo) pensando que quizá los blogs esos no solo sirven para hablar de política. Tampoco sirven para mucho, no creas, pero yo necesitaba escribir sobre ti.

Perdonad los demás, hoy tocaban unas letrillas para mi tío, que lo ha pasado muy mal.

Le habló un arkángel, sobrino.

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