Hay que ver que cosas. Lo que esta mañana era motivo para sonreir esta noche se convierte en una de mis paranoias…
Me he encontrado al gatito que se coló esta mañana en la oficina, justo cuando entraba por la puerta de un centro comercial cercano. Claro, dentro hace calorcito, habrá pensado el bicho (¿pensarán los gatos, en el sentido al que me refiero?). Y yo, que por lo visto llevo unos días hipersensible, pues he decidido que lo mejor para él era sacarlo de nuevo a la puta fría calle.
Jodido el gato, jodido yo, y jodida la rubia, que le ha faltado echarse a llorar cuando me ha visto sacar el gato a la puerta. Pero es que he preferido sacarlo yo de buenas maneras a dejarlo en las manos azarosas de cualquiera de los guardias de seguridad de allí. Que no digo que sean malas personas, pero no creo que lo trataran mejor, cuando menos…
En fin, espero no encontrarmelo atropellado mañana. O mejor, espero no encontrarmelo. Creo que mis chinchillas no me lo perdonarían.
Suerte, gatito.
Le habló un arkángel intentando reaccionar contra el efecto 2006.
2 respuestas a “Vagabundo”
Te has podido librar de una toxoplasmosis…
pero si es una monada!!!!!!!!!!!