La gente está cabreada ya con el tema, y la verdad, con razón. Leñe, que ya no se puede ni abrir la boca, nos quitan lo último, el derecho al pateleo. Como dice Psicobyte, esto ya parece el «Método Al Capone de Resolución de Conflictos (patentado)».

No voy a poner por aquí el cartelito de la inciativa-protesta, porque realmente yo no suelo insultar a nadie (y sería como colgarme una «medalla» con muy poco sentido). Tampoco a esos que llaman ladrones…

Pero algo tengo que decir. Y son un par de cosas:

– Me parece tremendamente injusto que hayan cerrado (¿cautelarmente? ¿cediendo a presiones?) la Frikipedia. No la leia habitualmente, pero alguna referencia que he visto en el pasado me parecía graciosa, y con relativo buen gusto. No creo que hubiera nada de malo en ella, y como prueba, se puede leer el artículo de la discordia, rescatado de la caché de Google (que los denuncien a ellos también), en la Uncyclopedia.

– Me parece que la SGAE se pega unas coladas bastante importantes. Claro está que no soy un seguidor minucioso de sus andanzas, pero bastan detalles como esa historia que lei hace poco acerca de un kioskero al que querían cobrar 120 euros al mes por tener un transistor encendido… Vamos hombre, ¡por favor! Claro que perderán esos juicios, pero, ¿qué necesidad tiene una persona que obra de buena fé de tener que estar llendo a juicios para que SGAE amortice su bufet de abogados?

Está claro, ellos son lo que son (aunque yo esté en desacuerdo con el sistema, pero eso es otra historia). Lo que nos pone en clara indefensión es esa política de intentar pillar de cualquier sitio. Quiero decir, puestos a reclamar pasta, estoy seguro de que yo tengo alguna canción enlazada por ahí ilustrando algún post por la que me podrían buscar las cosquillas.Probablemente perderían el juicio, muy probablemente, pero yo podré o no tener abogado, seguro que no tengo ganas de meterme en follones, y ellos tienen todo un mecanismo entrenado para eso: para reclamar dinero. A mi me habrían jodido, por lo pronto, independientemente de si resulta una sentencia a mi favor o no.

La ley debería proteger al más débil, en cualquier caso. Y en éste no lo son ellos.

Dicho todo esto, ya saben que no es mi talante (je!) el insultar ni el exacerbarme demasiado (sí, a veces me llaman tibio por eso). Es mi carácter, creo (quiero creer) que se pueden decir las cosas intentando apaciguar y llegar a entendimientos antes que de malas maneras. Pero que hay que decirlo, hay que decirlo, creo que esta gente está abusando de su superioridad económica, organizativa, de sus abogados y sus contactos para acojonar al personal (y no solo en este caso, esto viene de muy atrás, ya saben). El problema es que ahora se sabe, que Internet está ahí, que los blogs replican la información rápidamente, y hacen que, al menos, se oigan las voces. Qué menos.

Le habló un arkángel vomitando cosas tal cual le vienen.