Una Alaska un tanto apática que dejaba en las prótesis de gomaespuma de La Prohibida el peso del espectáculo es la culpable de mi resaca de hoy.

Nacho Canut, pensando que sería mejor quedarse en el camerino…

Y esa resaca supongo que es la culpable de que ahora el texto no fluya como debería, que me cueste contarte exactamente que hacía yo ayer en un concierto de Fangoria, petardeando como el que más y, por qué no, perdiendo alguna que otra pluma por el camino. Los hombres que no entienden también pueden volverse un poco locas de vez en cuando, y un concierto es un concierto. Si además es en buena compañía, pues no hay excusa.

Comprobé, no sin cierto agrado, que compartía gustos con una pareja de lesbianas que me «recriminaban» por mi altura mientras hacía unas fotos a la chica que ves aquí a la izquierda. Lo que no pude comprobar es el sexo de la persona que me sujetaba por la cintura cada vez que me ponía a tiro, en el mogollón de gente que estábamos delante del escenario. Me dio la impresión de que era una chica, pero no podría asegurartelo… Mientras la cosa no vaya a mayores, tampoco me importa demasiado, sinceramente.

Gracias, Bussy, por la entrada :)

Le habló un arkángel que no entiende, pero que a veces mira por una rendija por curiosidad.