Llevo una semana que no soy yo…
Situación:
El lunes llegaron unas 30 personas de fuera de mi ciudad (compañeros de trabajo). Con algunos de ellos me llevo muy bien y solo los veo una o dos veces al año, otros son completamente nuevos y siento la necesidad de conocerlos para ver a lo que me enfrentaré en el futuro, a algunos no los trago, pero con todos ellos tengo la «obligación contractual» de hablar y confraternizar. Esta semana me pagaban por eso.
Resultado:
Cansancio. Fatiga física y mental que anoche llegaba a puntos que yo nunca había conocido, que yoquesé. Días enteros escuchando cosas a las que, sin interesarme demasiado, «debía» prestar atención, seguidos de noches muy largas. O muy cortas, si atendemos a la parte que las personicas normales dedican a dormir.
No daba para más. Dejando de lado (que los dejé en la medida que pude) a los repelentes, quedaban por una parte esas relaciones a distancia que tanto trabajo me cuesta personalmente mantener, y que en los últimos tiempos me preocupo algo más de cuidar. Será que me estoy haciendo más mayor. O eso, o cualquier otra cosa.
Y luego, la gente nueva, que es una de mis debilidades, creo que por mi habitual dificultad inicial para relacionarme con las personas (aunque esto parece que también va cambiando poco a poco). No puedo resistir ver a alguien que en ese momento entiendo que depende de alguna forma de mi, fuera de su ciudad, en un ambiente extraño, y dejar de hablar de algo, arroparlo un poco. No se como lo he hecho, pero me he quedado con una buena sensación.
La parte que va entre la situación y el resultado la he escrito a medias varias veces a lo largo de estos cuatro días, pero no es publicable, que le vamos a hacer ;-)
Le habló un arkángel de vuelta de una reunión de comerciales sin ser uno de ellos.