No se si habrán leido en algún sitio que se ha muerto un señor que algunos pensábamos que estaba muerto hace meses, o años. Va a ser que sí, quiero yo de imaginarme.
Bien, pues el caso es que acabo de ver escrito en un pie de noticia de Informativos Telecinco algo así como: «nosequé nosecuantos… blablabla… muerte de JP2«
¿Como que JP2? A ver, señores de los medios serios, sean serios. «JP2» se podrá escribir en un mensaje de móvil, en unos apuntes de clase, o incluso en un blog de poca audiencia y poco cuidadoso con el lengüaje como éste, pero hombrepordiós, no en un titular de noticias de la tele. Digo yo.
Cambiando de tercio, pero dentro de la misma plaza, quería yo comentar un par de cosas acerca de este fallecimiento. Por un lado, que me parece muy mal que los católicos lloren la muerte del Papa, es algo del todo incongruente con sus creencias. Lo que no me parece malo es que los no católicos la lloren, porque (con todos sus defectos), ha muerto un hombre que en esencia considero que era bueno. De modo que como los católicos también son personicas, pues que lloren si quieren, que no soy yo nadie para juzgarlos.
¿Son los errores de la Iglesia atribuibles a su cabeza visible? Puede ser, pero entonces también habría que atribuirle a él los recientes nombramientos de seseintaytantos obispos, la aceptación de cese de 17, o (justo ayer, cuando el hombre estaba casi recibiendo martillazos de plata en la frente) el nombramiento del arzobispo de Zaragoza, una decisión que huele a política por varios sitios.
Comentaba yo por ahí que una cosa son los individuos, y otras las instituciones. Pero seguramente esté equivocado.
Le habló un arkángel que todavía cree en las personas.