Recuerdo con bastante nitidez una conversación que tuve en una cafetería allá por el año 98… Yo había tenido ya contacto con Internet, levantando de su silla a mi querido amigo Diego, que amablemente me «cedía los mandos» para que yo me sintiera un poco como en Juegos de Guerra :), pero todavía no estaba conectado en casa, y no veia perspectivas de ello.

En aquella conversación estábamos poniendonos de acuerdo tres amiguetes(el anteriormente mencionado, el vecino Psicobyte y yo mimmo) para contratar a medias el primer sistema de tarifa plana que funcionó en España… Una historia que se llamaba Netspain, y que escondía una especie de venganza de la fundadora hacia Telefónica. Aquello iba con números de tarjetas prepago, vacíos legales, y posiblemente, un fraude de por medio.

Yo personalmente no me sentí engañado, a pesar de que de los 5 o 6 meses que duró el invento por el el último que pagamos no nos dieran servicio (se fue a la mierda el chiringuito)… Llevaba tantos años queriendo tener un acceso a Internet en mi casa, aunque fuera uno de cada tres dias, que esos 3 KBps me sabían a gloria. Me convertí durante esos meses en un obseso de las descargas de documentación (que luego ni leia en la mayoría de las ocasiones). Aprendí mucho, y me divertí aún más.

Y las cosas han ido avanzando, para bien o para mal. Hasta llegar a esto, por ejemplo:

No es el hecho de descargar a 380 KBps como quien no quiere la cosa, sino lo que implica. El acceso casi instantáneo a una ingente cantidad de información, opiniones, basura, video, música,… Ver esos 380k y que no me haya cambiado la cara me ha hecho recordar aquellos tiempos en los que había mucho por hacer.

Algunas cosas se han hecho, otras se quedaron. En fin.

Le habló un arkángel recordando cosas.