Pero bien jodidos, me voy a explicar:

Venía yo para mi casa esta noche de ver a una amiga en el hospital, y estaba pensando en un post que iba a escribir, cosas de madres, y de hijos… En fin, cosas transcendentales de esas que a la gente le gusta leer.

Y resulta que me han empezado a entrar unas ganas impresionantes de una cervecita, jo, un ratico de desbarre mental delente del ordenador, acompañao de una buena Alhambra, mola, ¿que no? Me han dado ganas, y mas ganas… Y he pensado que lo mismo no me quedaba cerveza en casa, y que iba a ser una putada.
Así que, prudente yo, me he parado por el camino en una de esas tiendas que venden mogollón de productos probablemente cancerígenos, con formas de chupetes, huevos fritos, gusanos, fresas y demás polladas. Sí, una tienda de chuches, de garguerías, uno de esos «rincones del colesterol» (verás como un dia a algún gobierno le de por prohibir este tipo de cosas, entonces sí que se monta la revolución).

He esperado mi turno, paciente, mientras la amable dependienta bromeaba con un amigo suyo que la quería exhibir en internet haciendo nosequéexactamente (mira tu, al final ha salido, aunque solo sea por alusiones). HAsta que me ha tocado, y le he dicho:

– Pues… un litrillo de cerveza, por favor
– Lo siento, no se puede vender alcohol a partir de las diez – me ha respondido.

Nos han jodido

Se me debe haber quedado una cara de gilipollas que te cagas… hace tiempo que dejé la costumbre de salir por ahí de botellón, o echar unos litrillos en cualquier plaza (tengo que retomar ambas, se gasta menos y se pasa muy bien), y me ha pillado en un renuncio. Claro que era conocedor de esta medida (que creo que depende de los ayuntamientos, y el nuestro no iba a ser menos), pero como que no me había afectado nunca. Me he quedado parado delante del mostrador unos 2 o 13 interminables segundos, me he dado la vuelta, y he salido a una calle repleta de terrazas de verano, me he subido en mi moto, y me he venío pa mi casa. Con el rabo entre las piernas.

¡Menos mal que me quedaba una latita de Alhambra en el frigo!

Así que me han jodido el post de hoy, porque ya no se si me apetece mucho. Bueno, sí que me apetece, pero no se si sabes que funciono por impulsos, y el que toca ahora es este.

Le habló un arkángel, bebiendose una cervecita fresquita. Aaahhhhhhh…