Resulta que un día, un toro cayó en un pantano de arenas movedizas. En ese momento pasaba una hormiguita y el toro le pidió auxilio.
La hormiguita subió a su flamante y recién estrenado AUDI A3 TDI 110 C.V., ató una punta de la cuerda al rabo del toro y otra al chasis del coche y sacó al toro de las arenas movedizas. El toro le estuvo eternamente agradecido y prometió ayudar a la hormiguita en lo que le pasara.
Pasaron los meses, y un día, el toro pasó por el mismo sitio y vio a la hormiguita dentro y pidiendo auxilio, el toro alcanzó a la hormiguita con su rabo y la sacó de allá.
MORALEJA: Si tienes un buen rabo, no necesitas un A3 TDI.
2 respuestas a “El toro y la hormiga”
Je Je Je
¿y una Suzuki GS500 (por poner un ejemplo al azar, claro)?
Hombre, tener algo potente entre las piernas siempre ayuda, tengas como tengas el resto ;-)
Digamos que no es necesariamente incompatible.