¡Ay! Soy un desastre… Se ve que hoy estoy por la labor, receptivo, o yo que se. El caso es que para variar hemos salido los amiguetes por un sitio distinto al habitual. Y en ese sitio había muchas, y cuando digo muchas me refiero a un múltiplo exageradamente grande respecto de la cifra habitual, señoritas que me llaman la atención.
Pero entre todas ellas había una, no la que más se movía, no la más guapa, pero que tenía un nosequéquequéseyo. Me he enamorao, de nuevo, esta vez de una persona física ;-)
Y para no salirme de mi ser, pues he hecho lo que habitualmente hago: la he mirado, ella me ha mirado, no hemos hablado, ella se ha ido,… y yo alli con mi copa hice el gilipo-llas ,madre (parafraseando a la magnifica Mandragora). En fin, debo aprender a relacionarme.
Quizá no fuera la «mía»,… pero era tan guapa, tan simpática se la veía. ¡Ay!
Y lo peor de todo es que quizá, solo quizá, ella piense lo mismo. ¿A donde irán los besos que no se dan?
Mi único consuelo es que la volveré a ver, seguro. Y si no la veo, es que uno de los renglones torcidos del destino me ha hecho la zancadilla…