NoMeTienten


Miren que lo entieeendo, que la hora de salida es sagraaada, si ya lo seeee…

Pero es que verán ustedes, señoritas responsables ejecutivas finales del servicio de atención al cliente del Mercadona de al lado de mi casa, ya es la segunda vez que me pasa. Salgo a las 21.15 del gimnasio emmayaico, y por casualidades de la vida, no me voy por ahí de tapillas. En su lugar, tiro para mi casa, y sin premeditación ni alevosía, paso justo al lado de la puerta del establecimiento en el que trabajan a las 21.30.

Casualmente, la hora de cierre.

Que sí, que ya lo se, que ya comprobé la vez anterior que me pasó esto, cuando solamente quería una barra de pan y un poquitín de salchichón para cenar, que su política es que a partir de las 21.30 no entra nadie, solo sale. Si me parece muy lógico, en algún momento debe estar el límite, si no esto se convertiría en el coño de la Bernarda. Yo las entiendo, a todas ustedes.

Pero les aconsejo que no le contesten con un SI absolutamente rotundo y sin la menor muestra de comprensión a una persona que llega acelerada preguntando estais ya cerrados, ¿verdad? con su tono más humilde posible. Si me faltaba ir doblando las rodillas hasta llegar al suelo mientras terminaba la pregunta, en mi afán de buscar, al menos, una respuesta del tipo sí, lo siento, es que son las normas.

No hagan salir al arkángel malo.

Porque el arkángel malo sería capaz de sincronizar el reloj con el de su encargado (ya se las arreglaría para hacerlo), llegar 5 minutos antes de las 21.30 (según el reloj de su encargado), entrar a su establecimiento 1 minuto antes de la hora de cierre y fundirse todo lo que le quede de saldo en su tarjeta de crédito para permanecer dentro del local hasta, pongamos por ejemplo, las 10 de la noche.

Porque las normas son las normas. Y están para saltarselas. Si no, uno se arriesga a que alguien le de la vuelta a la historia…

Usted, señorita, no sabía que yo iba hoy sin reloj (mi móvil se había quedado sin batería y no uso otra cosa para conocer el tiempo en que vivimos). Incluso había preguntado en la entrada a dos personas que hablaban que hora tenían (las nueve y media, me han dicho, pero mi estómago me ha pedido que me asegurara). Con una respuesta ligeramente más larga que un monosílabo me hubiera ido satisfecho. Hambriento, pero satisfecho.

Espero llegar a tiempo la próxima vez… Sin rencores ;-)

Le habló un arkángel bueno, que no sería capaz de hacer todo esto, casi seguro :)


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