FragilEquilibrio


Vivimos tiempos en los que la información tiende a ser instantánea. Nos estamos acostumbrando, impulsados por este invento de la Internet, a resolver las gestiones sobre la marcha. Y eso está bien.

¿Pero a qué coste? ¿Se deben poner las cosas tan fáciles para acceder a nuestra información que se pise la línea de hacerla pública en la práctica para aquel que quiera bsucarse un poco la vida?

Por ejemplo, acabo de consultar la nota de un examen teórico de moto (¡enhorabuena, Rubia!) sin ser el interesado ni tener información (demasiado) privilegiada sobre él. Sólo usando Google para conseguir el DNI (las universidades suelen colgar listas de notas accesibles al público, esa es otra) y sabiendo cuando es el cumpleaños de una persona.

No parece demasiado complicado…

Y ustedes dirán que tampoco es tan secreto lo del examen de tráfico. Puede ser, pero, ¿y si les digo que para que te faciliten el código PUK de tu teléfono tarjeta SIM determinada operadora (al menos) te pide los mismos datos? La cosa cambia un poco, ¿no es cierto?

De todas formas, no me parece del todo mal; si pusieran las cosas mucho más difíciles la gente no las usaría tanto. Hay un concepto llamado coste de oportunidad que hace perder peso a todos estos pequeños riesgos a los que estamos sometidos, sin saberlo, a diario. Y el DNI digital está a la vuelta de la esquina.

Le habló un arkángel sin certificado digital.


Una respuesta a “FragilEquilibrio”

  1. Vivimos expuestos. Le habl? una protodocumentalista con los pelos de punta con las pr?cticas corrientes que ve por ah? (administraci?n p?blica, proveedores de servicios, etc etc)