Para adictos a este humilde blog, si hubiere alguno… Ahora verán por qué.

Escribir, pues más o menos escribimos diariamente. Día sí, día no, en fin, con cierta cadencia. Otra cosa será la calidad de los contenidos, pero no es el tema de hoy.

Fotillos también subimos de vez en cuando. Algunas más curradas, incluso con sus retoques y sus cosas. Alguna incluso buena, según mi criterio, claro.

Tonterías en flash. Los más viejos del lugar recordarán esas que aparecían en la esquina superior izquierda, y en algunos posts tontos…

Micro-videos. Hasta a esto nos hemos animado alguna vez, gracias a ese reproductor tan chulo que ponen a nuestra (su) disposición tintachina y elhombrequecomiadiccionarios.

Nos falta el audio. Vale, canciones se han colgado por aquí: algunas a petición, otras por dar la brasa al personal. Pero no he hablado con mi voz.

Hasta ahora.

En realidad, mi voz, lo que se dice mi voz, tampoco la vas a escuchar. De hecho la idea de grabarme hablando no me ha venido ni mucho menos por hacer podcasting, no me voy a dedicar a eso, sino por aquel post de Anla en el que disfrutaba de su afonía.

Y bueno, después de todo eso, pues esto:

(Si no te mola eso del flash pero a pesar de todo quieres escuchar algo, siempre puedes descargar el archivo en mp3)

(Y venga, otro paréntesis más para dar el reconocimiento al autor del player minimalista que estoy usando)

Decía al principio que escuchar esto es solo para adictos porque perder dos minutos (casi clavados) de tu precioso tiempo en escucharme (más o menos) mientras ando por la calle hablando tonterías, pues tiene su cosa, oiga.

Ahora que caigo (acabo de escucharme de nuevo, joer, vaya chorradas que digo, ¡y vaya voz!), me despido con un saludo, y no con aquello de…

Le habló un arkángel improvisando sobre la marcha por la calle.